Ganaderos del Cajón del Maipo contribuyen a la conservación de la biodiversidad adoptando buenas prácticas productivas
22/07/2022- La ganadería de montaña tradicional es una expresión cultural que alberga un conocimiento profundo del territorio cordillerano, las especies que lo habitan, los usos tradicionales de la flora, y la vida de montaña en general. Así también, se reconoce en las comunidades de ganaderos un gran potencial para participar y aportar en la construcción de nuevas visiones de uso sustentable de los territorios, en convivencia con la vida silvestre y en resguardo de los procesos ecológicos. Sin embargo, en las últimas décadas ha primado entre este grupo de productores un manejo con bajo control del pastoreo y sin planificación, que junto a una fuerte disminución de las precipitaciones, han acelerado y profundizado el deterioro de los ecosistemas de praderas altoandinas.
Desde el año 2018 a la fecha, el Proyecto GEF Montaña en colaboración con la Agrupación de Pequeños Ganaderos del fundo Maitenes, sector Las Tórtolas, la oficina de INDAP-Prodesal de San José de Maipo, y la SEREMI de Agricultura de la Región Metropolitana, han explorado la implementación de un plan de manejo ganadero sustentable de montaña, que busca la recuperación de la vegetación altoandina del predio en el que realizan su actividad de crianza, mediante la adopción de buenas prácticas productivas. Esta acción coordinada busca mitigar los efectos negativos de los modos de producción tradicional sobre la cobertura de los suelos cordilleranos.
La agrupación es heredera de antiguos crianceros de la zona baja de la cuenca del río Colorado, en el cajón del Maipo, quienes hacen uso comunitario de un territorio de propiedad fiscal. Al comienzo de esta experiencia, en el año 2018, se establecieron los primeros compromisos de trabajo, logrando avanzar en materias de interés como eran: encontrar estrategias y herramientas para enfrentar el conflicto de la actividad ganadera con la fauna silvestre; fortalecer e institucionalizar la organización; lograr formular y presentar una solicitud por una figura de administración del territorio fiscal que ocupan; revertir la escasez de forraje debido a la falta de precipitaciones y altas temperatura determinando la carga animal del predio, reducción que se produjo de modo natural debido a los eventos de olas de calor del periodo 2019-2020, que tuvo como resultado la pérdida del 30% de la masa ganadera que pastaba en el predio.
Ante la grave situación socioambiental que enfrentaron, la agrupación solicitó al Proyecto GEF Montaña la intervención de un equipo interdisciplinario de profesionales que les ayudara a resolver, en un proceso participativo, la implementación de un plan de manejo ganadero sustentable, cuyo propósito fuese recuperar la condición de la vegetación del predio. “Cuando conocimos el territorio donde desarrollaban su actividad, nos dimos cuenta que estaba degradado, no solo por la larga sequía sino también porque estaba siendo sometido a una intensidad de uso ganadero que excedía su capacidad sustentadora. Las causas de este deterioro eran las propias asociadas a una ganadería extensiva, que carecía de coordinación, planificación y control del pastoreo. La carga de animales del predio estaba determinada por la capacidad individual financiera de los actores, pero en ningún minuto regulada o limitada por el potencial del ecosistema”, nos cuenta Cristóbal Gatica especialista en ganadería sustentable del Proyecto GEF Montaña. “Comenzamos el trabajo con la caracterización de la agrupación, de sus intereses y de los grupos que se reconocían en su interior, luego continuamos con la construcción de un propósito u objetivo común. La pandemia planteó dificultades para reunirnos con periodicidad, por lo que se buscó emular un “Consejo de Sabias o Sabios” que representara los diferentes grupos e intereses, que no estuviera confinado por medidas sanitarias, que conociera el campo, y que tuviera la disponibilidad de tiempo. Así los nominados constituyeron una mesa técnica, integrada por 1 mujer y 3 hombres, quienes fueron el motor del proceso de confección participativa del Plan de Manejo del predio. Muy pronto fuimos logrando consensuar los diferentes protocolos de acción que modificarían las costumbres productivas, acordados en la asamblea de socios, transformándose estos en la base de los diferentes programas de acción del plan”, agregó Cristóbal Gatica.
La definición de un propósito común es un logro que le permitió a la agrupación convertirse en un solo cuerpo, tomando decisiones en el territorio. De este modo, avanzaron en el reconocimiento de la necesidad de dar descanso al pastizal, respetando los tiempos de recuperación. Mientras tomaban estas decisiones, a la par, se avanzaba en un catastro de animales, en la construcción de un mapa de topónimos que permitiera concordar una cartografía común que identificara las áreas de pastoreo que utilizaban y reconocer las unidades homogéneas vegetacionales o biotopos, permitiendo la elaboración de una propuesta de unidades de pastoreo potenciales para el predio. Luego, se procedió a hacer una estimación del potencial productivo, en base a la cual se estableció una carga animal moderada. En consecuencia, se tomó la decisión de reducir el número de cabezas de ganado sacando del predio a todos los animales ferales, aquellos que, con más de un año sin regreso al corral, se consideran que no responden al plan de manejo. Así también, se implementaron diversas faenas asociadas al manejo del rebaño y se rescató la antigua tradición del “cordonero”, un pastor de ganado que conduce al piño de animales en su rotación por las distintas áreas o unidades de alimentación del predio, que previamente se han definido para su uso durante la veranada e invernada (conoce más en: https://gefmontana.mma.gob.cl/lecciones-aprendidas-de-como-conciliar-la-ganaderia-extensiva-con-la-recuperacion-de-los-ecosistemas-de-montana/).
Este conjunto de tareas fueron inspiradas en parámetros y orientaciones de planificación del pastoreo empleados bajo criterios de la ganadería regenerativa, que enfatizan el rol del rebaño de herbívoros como una perturbación en la comunidad de plantas y en la relación suelo – planta – agua, conocido como “impacto animal”. Durante 2 años, la mesa técnica junto al equipo del Proyecto GEF Montaña buscaron implementar acciones que disminuyeran este impacto animal en la cobertura de vegetación sobre el suelo del predio, mediante una estrategia de rotación de animales, que excluye el ganado de las unidades de pastoreo durante períodos de tiempo significativo. De manera que, este intervalo de tiempo, entre una defoliación y otra, permita a las plantas recuperar su nivel de reservas, en el caso de las perennes, y/o dejar, con ello, expresar su potencial productivo, haciendo posible la producción de semillas en el caso de las plantas anuales. Esta estrategia de manejo, que quedó plasmada en el Plan de Manejo de Ganadería Sustentable de Montaña resultante, que en el plazo de un año de aplicación, hizo posible la expresión de todas las etapas de desarrollo de las plantas, en particular la floración y maduración de semillas, promoviendo la recuperación del banco de semillas en el suelo del predio; y posibilitando una mayor productividad de la pradera.
¿Cómo podemos confirmar que el Plan de Manejo Sustentable de Montaña tiene efectos positivos sobre la cubierta vegetacional del suelo del predio?
Para saber cómo se comporta el manejo del ganado y cuáles son los efectos sobre la vegetación, se estableció un sistema de monitoreo en base a indicadores cualitativos tempranos, que permitieran evaluar resultados de la implementación del plan de manejo, y también proyectar el ajuste de la carga animal para la siguiente temporada, según cual fuese la condición de la vegetación del predio sumado al pronóstico climático para el área.
Los indicadores escogidos -correspondientes al Indice de Salud de Pastizales (ISP) desarrollado por el Estándar Grass-, se relacionan con el ciclo del agua, el ciclo de nutrientes, la estabilidad del suelo y la dinámica de la comunidad. Los puntos de muestreo se distribuyeron en estratas o unidades homogéneas de vegetación, que reflejan la heterogeneidad del predio y las unidades de manejo ganadero identificadas en conjunto con la agrupación.
“Los indicadores están incluidos en una matriz de evaluación cuyos intervalos fueron calibrados en un área de referencia ubicada en el Parque Nacional Río Clarillo, lo que nos permite establecer los puntajes que obtienen cada parámetro evaluado en el predio Maitenes – Las Tórtolas. Entre estos se encuentran el suelo desnudo; la presencia de especies funcionales deseables en pastos perennes, en hierbas, en leguminosas y arbustos; así también, la presencia de microfauna, etc-. Escogimos esta evaluación porque permite una estimación visual de sencilla aplicación, que requiere un entrenamiento técnico de mediana a baja dificultad, es de bajo costo y de rápida aplicación”, explica Jaime Rovira, encargado de Sustentabilidad Productiva del Proyecto GEF Montaña. Adicionalmente, “tiene la ventaja de ser una metodología de detección temprana que permite hacer ajustes al manejo, si es que nos damos cuenta que hay algo que no anda bien con las proyecciones hechas para la temporada”, complementó Jaime Rovira.
El escenario de cambio climático, que vivimos en la ecorregión mediterránea, agravado por la degradación de la vegetación con pérdida de los suelos por actividades humanas inadecuadas, están provocando una disminución de la productividad de los ecosistemas de montaña y poniendo en riesgo la cultura arriera del Cajón del Maipo. Para detener este espiral de pérdidas se requiere que, en esta y otras comunidades de la comuna, se fortalezca la asociatividad y gobernanza, para lograr que los ganaderos actúen unidos en la toma de decisiones que impactan en el territorio. Así también, se hace necesario ampliar su capacidad de gestión, incorporando nuevas tecnologías y estimulando la transformación de su modo de producción generando espacios a nuevas actividades vinculadas al turismo rural.
Dotar a las comunidades de un plan de manejo con un sistema de monitoreo para conservar pastizales y vegetación andina, es una prioridad, y la oficina INDAP-Prodesal de San José de Maipo es consciente de la urgencia de la tarea de recuperar la cobertura vegetacional de los territorios de la comuna. Siendo un agente activo de este piloto demostrativo, ha tomado la responsabilidad de constituirse en la institución encargada de hacer el seguimiento del plan de manejo.
Descarga aquí el plan de manejo ganadero sustentable del GEF Montaña.
En enero de 2022, acompañamos a Francisco Valenzuela, técnico Prodesal de San José de Maipo, en la primera campaña de evaluación visual, de los indicadores del monitoreo anual, del predio Maitenes sector Las Tórtolas. Conoce su impresión sobre los resultados del primer año de aplicación del Plan de Manejo Ganadero Sustentable de Montaña en el siguiente video:
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