“Una naturaleza sana y bien conservada, impacta directamente sobre el bienestar de las personas”

24/01/2020

“Somos el único país de América Latina que no cuenta con un sistema nacional de áreas protegidas unificado, que integre todos los tipos de áreas protegidas, y que no resguarda dichas áreas bajo la tutela de su ministerio ambiental”, asegura Juan José Donoso, jefe de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente. Por este motivo, el Estado de Chile ha decidido impulsar un proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), atendiendo las recomendaciones internacionales que sugieren completar la modernización de la institucionalidad ambiental para la conservación de nuestro patrimonio natural.

Juan José Donoso es el encargado de llevar adelante la gestión legislativa de este proyecto de ley, y en la siguiente entrevista destaca distintos puntos del SBAP, entre ellos, el foco en la mejora institucional para la conservación; su mirada integral, que abarca más allá de las Áreas Protegidas; el diálogo que existe entre medio ambiente y el sector productivo; y el efecto que tendrá la protección de la biodiversidad en la sociedad.

¿De qué modo esta ley en trámite se hace cargo de mejorar la labor de conservación de las Áreas Protegidas?

Uno de los proyectos prioritarios del Ministerio del Medio Ambiente es la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, por la necesidad que tenemos de mejorar y dar un paso adelante en nuestra institucionalidad ambiental. El proyecto viene a resolver la dispersión de las áreas protegidas, que hoy día están en al menos cinco ministerios distintos, lo que significa una dificultad en su gestión. Mejora el financiamiento que actualmente tiene la conservación de biodiversidad en Chile (con un presupuesto en régimen en torno a 40 mil millones de pesos) y, en general, en todo lo que significa trabajar en conservación. Tener un SBAP 100% enfocado en la conservación, significa, entre otras cosas, tener un Servicio 100% enfocado en conseguir mejor financiamiento, no solo a través de recursos públicos, sino que también de otros instrumentos, como la creación de un Fondo para Áreas Protegidas, proyecto en el cual ya estamos trabajando y queremos que esté operativo cuando el SBAP esté en régimen.

La gestión de las áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) que lleva la Corporación Nacional Forestal (CONAF) actualmente, ha sido una gran gestión, pero en un contexto complejo, de muy escasos recursos y de múltiples dificultades. Creemos que este proyecto de ley aprovechará todo ese conocimiento que existe en CONAF y todo ese esfuerzo de años en el SNASPE, para cubrir necesidades históricas, como tener una normativa más fuerte sobre qué se puede y no se puede hacer en las Áreas Protegidas, entregar mayores facultades a los guardaparques respecto a la fiscalización, mejorar los recursos y apoyar la gestión de las Áreas Protegidas con nuevos instrumentos para que no esté acotado solo a estas áreas.

¿A qué se refiere el SBAP con que velará por la conservación de la biodiversidad dentro y fuera de las Áreas Protegidas? y ¿Por qué es necesario expandir las acciones de conservación más allá de estas?

La biodiversidad no reconoce fronteras administrativas. Un ejemplo es lo que ocurre con los Albatros, que se alimentan en el océano y nidifican en la tierra. Por lo que es importante tener esa mirada integrada de mar y tierra, que el SBAP viene a resolver. Hasta el día de hoy las áreas marinas están radicadas en un ministerio distinto a las áreas terrestres, por lo tanto, es necesario tener todo en un solo sistema nacional de Áreas Protegidas, tal como lo tiene Nueva Zelanda, Costa Rica, Colombia y tantos otros referentes en la materia. Lo mismo pasa con especies que migran o que tienen movimiento en el día a día, entrando y saliendo de Áreas Protegidas. Por lo tanto, es muy necesaria una mirada moderna de gestión de las Áreas Protegidas, con instrumentos que permitan trabajar en la gestión de conservación fuera de las áreas también, y en conjunto con los sectores productivos, con los servicios públicos, y con la sociedad civil. Se ha buscado potenciar este trabajo en coordinación con servicios públicos que tienen a su cargo el manejo de recursos naturales, de manera que se incorpore fuertemente la sustentabilidad en la gestión de esos recursos, en forma coordinada, evitando duplicidades y empujando una agenda conjunta.

No todos los sectores perciben la necesidad de enfrentar la degradación de la naturaleza con la misma celeridad, ¿Cómo dialoga el SBAP con el sector productivo?

Es importante entender que Chile, como país cuyo desarrollo está basado en los recursos naturales, necesita tener una biodiversidad sana para poder desarrollarse. Por lo tanto, el verdadero desarrollo económico va de la mano con la sustentabilidad ambiental. En ese sentido, el SBAP es un servicio y una institución clave para un desarrollo productivo sustentable, como, por ejemplo, preocupándose del estado de conservación de los polinizadores nativos, apoyando a mejorar y mantener la salud de las cuencas y los ecosistemas, entre otros. En otras palabras, para sostener una sana economía es clave tener una naturaleza sana y un servicio que trabaje de forma integral.

 

¿De qué modo directo e indirecto un proyecto que busca la conservación de las Áreas Protegidas de Chile y la biodiversidad, mejora el bienestar de las personas?

La naturaleza nos entrega una serie de servicios y bienes que nos afectan directamente, entre ellos el agua, el aire limpio y la alimentación. Y también una serie de actividades de recreación como el ecoturismo y otros servicios que son claves para el desarrollo humano. Por lo tanto, tener un Servicio de Biodiversidad, tener una institucionalidad que se haga cargo de la conservación en todo el territorio, es importante para mejorar el bienestar de las personas y, en ese sentido, mejorar su calidad de vida en distintos niveles. Además, la conservación de la biodiversidad cumple un rol clave en la mitigación y adaptación al cambio climático, a través de bosques sanos y un océano saludable, por ejemplo, lo que nos permite mitigar las emisiones de C02 y adaptarnos a los cambios que está enfrentado el planeta. Enfrentar el cambio climático tiene que ser parte de una mirada integral, es decir, tiene que abarcar todas esas dimensiones.