La Ordenación Forestal Sustentable aporta en la mitigación de los efectos de cambio climático y la sequía en la Zona Central
21/03/2020La megasequía que afecta a la zona central de Chile, agravada por los efectos del cambio climático, está provocando que las especies del estrato superior del bosque esclerófilo se estén secando. Ante esta grave situación, es necesario detener la sustitución del bosque mediterráneo chileno, extremando las medidas para su conservación y recuperación del estado degradado en que se encuentra actualmente. El Proyecto GEF Montaña, en alianza con CONAF y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), se encuentra impulsando la Ordenación Forestal Sustentable (OFS), como un método de restauración que permite recuperar la funcionalidad del bosque y sus servicios ecosistémicos.
En un predio de aproximadamente 800 hectáreas, ubicado en la comuna de Casablanca, Jaime Riesco ha visto crecer durante 25 años especies como Peumo, Quillay y Maitén. Sin embargo, los periodos de sequía han provocado un impacto en el bosque, según explica el propietario: “La pluviometría promedio, antiguamente, era de 450 mm al año; los últimos 10 años cayó a entre 200 y 180 mm, pero el último año cayeron apenas 83 mm de agua”, asegura. Árboles centenarios como el Quillay, de hasta 300 años, de a poco “se están muriendo”, dice Riesco. Ante esta situación, Jaime Riesco aceptó la idea de restaurar y ordenar su terreno bajo el criterio de Ordenación Forestal Sustentable, desde el año 2018. A partir de entonces, recibe bonificaciones dictadas en la ley 20.283 de bosque nativo como incentivo para quienes manejen el bosque esclerófilo, además de aportes adicionales por dos años, provenientes del Proyecto GEF Montaña en el marco del Acuerdo de Producción Limpia “Manejo Sustentable de Bosques Mediterráneos II”.
“Los resultados a la fecha son bastante buenos. En este año de sequía hemos podido comparar los terrenos bajo Ordenación Forestal Sustentable, y se han visto con mucha más vida que otros terrenos que no cuentan con intervención, los que incluso se han secado”, menciona satisfecho Jaime Riesco.
Intervención sustentable
El trabajo de Ordenación Forestal Sustentable (OFS) en predios de la Región de Valparaíso, es parte de un piloto que lleva a cabo el Proyecto GEF Montaña, y que se ha propuesto alcanzar 10 mil hectáreas de bosque nativo bajo este tipo de ordenación predial, para luego expandir estas prácticas realizadas junto a CONAF y el Ministerio de Agricultura.
“Debido a la falta de aplicación de técnicas forestales como la silvicultura bien aplicada, que permiten un buen uso forestal, se ha generado una sobre degradación del bosque”, explica el ingeniero forestal del equipo de profesionales del Proyecto GEF Montaña, Pablo Cruz, y agrega: “Si se quiere mantener un bosque como el que está, con potencial productivo, y especialmente en la producción de servicios ecosistémicos relevantes como la provisión de agua, la purificación del aire y la condición de refugio para muchas especies nativas, aún cuando se encuentra degradado, definitivamente tenemos que hacer algo. No podemos esperar que el bosque se recupere solo, porque lo que está pasando es que se está muriendo solo”.
Si bien la restauración pasiva detiene procesos que erosionan el bosque, como la ganadería y la extracción de madera, Pablo Cruz señala que es necesario mejorar la estructura de las especies para acelerar su recuperación, la funcionalidad ecosistémica y mejorar su capacidad de resistir los impactos del cambio climático global a través de un Plan de Ordenación Forestal Sustentable activo.
Resultados
Según explica Cruz, los resultados obtenidos han demostrado que zonas sin intervención tienen una mortalidad de un 3% de árboles cada año, mientras que al estar manejado no hay mortalidad del bosque, por el contrario, aumentó la cantidad de árboles. También destaca el crecimiento en el diámetro de los tallos, una medida significativa del efecto de la Ordenación Forestal Sustentable, que muestra a bosques sin manejo con tallos de 0,3 mm de diámetro, y tallos con manejo de 0,5 mm y un crecimiento más rápido.
Jaime Rovira, supervisor técnico del Proyecto GEF Montaña del Ministerio del Medio Ambiente, cuenta que el trabajo realizado incluye una planificación de todo el bosque en los predios, con acciones anuales y restaurativas, que buscan “que el bosque enfrente mejor esta situación estresante que está viviendo”. A través de recortes del matorral, que permiten que el árbol crezca en un solo eje vertical, éstos crecen en altura pero mantienen la sombra, mejorando su condición y de esa forma ayudando a mitigar los efectos del cambio climático, por ejemplo, con el crecimiento de vegetación bajo la copa de los árboles, que retiene humedad. El Plan de Ordenación Forestal Sustentable también incluye medidas de prevención de incendios, fenómenos cada vez más recurrentes, con acciones de manejo que reducen el número de vástagos, aminorando la biomasa que requiere agua, dando más resistencia a las plantas frente a eventos de olas de calor.
Cambio Climático
Estas medidas, además de permitir que el bosque se recupere, generan que este forme sus propias capacidades para adaptarse al cambio climático, y así sea un aporte ante la sequía en la zona central del país. Pablo Cruz explica que, al tener un bosque restaurado, éste realiza funciones como captador de agua proveniente de las nubes, no la ensucia, y la hace escurrir por los troncos, generando un ambiente frío y estable que permite la protección de biodiversidad y de eventuales incendios forestales. Situación que, con la falta de especies arbóreas, produce problemas como el arrastre de material y la pérdida del agua por evaporación al ser una zona cálida.
El supervisor técnico del Proyecto GEF Montaña asegura que al restaurar la funcionalidad del bosque mediterráneo de Chile central, se asegura su regeneración natural: “Permite que el bosque respire mejor, porque hay una masa que retiene humedad, lo que va a ayudar a purificar el aire, a retener el carbono y a ser refugio de más especies, lo que redunda en un mayor bienestar humano”, dice Jaime Rovira sobre la mejora de servicios ecosistémicos que permiten proteger, también, los corredores biológicos para que especies de flora y fauna puedan trasladarse dentro del paisaje.
Por su parte, el profesional de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, Bruno Campos, asegura que una mayor cantidad de biomasa del bosque, permite una mayor absorción de gases de efecto invernadero (GEI), y su manejo evita procesos de degradación que emiten contaminantes. “La prioridad hoy día está en evitar la degradación a través de los incendios, el uso de leña y los malos manejos forestales. Ahí está la principal cantidad de absorciones que estamos perdiendo año a año”, asegura el profesional, quien recalca ese primer paso de la Ordenación Forestal Sustentable para el control de emisiones y así hacer frente al cambio climático, en vez de reforestar inmediatamente.
Campos también menciona la diferencia que existe entre las especies del bosque esclerófilo y especies no nativas como el eucalipto: “En el largo plazo, cuando esa madera de eucaliptus se coseche y se transforme en pulpa, todo lo que se capturó se libera, todo lo que se vio beneficiado se pierde, volviendo el CO2 capturado por los árboles exóticos a la atmósfera”, dice. Estas especies, además tienen un alto consumo de agua lo que no es conveniente en un escenario de sequía. Sin embargo, el profesional explica que también una parte de la producción de exóticas tienen usos madereros como la producción de muebles o construcción, haciendo que el carbono retenido se conserve en la madera.
Trabajos de Ordenación Forestal como el que se desarrolla en el predio administrado por Jaime Riesco, son algunas de las alternativas que se están utilizando para conservar especies nativas y, al mismo tiempo, manejar ecosistemas dañados. Riesco asegura que mantendrá las puertas abiertas de su terreno para que quien maneja especies de ese tipo pueda conocer el trabajo que se está haciendo en darle valor al bosque. Desde el Ministerio del Medio Ambiente, a través del Proyecto GEF Montaña, continuarán trabajando para tener políticas públicas fuertes en esta materia. “Buscamos, de algún modo, mitigar los efectos nocivos del cambio climático y la sequía en nuestros bosques, y somos optimistas, porque es un tema que está en la retina y conciencia de muchos tomadores de decisión, por lo que esperamos seguir avanzando, de modo que podamos demostrar que la aplicación de esta metodología pueda ser adoptada por CONAF y, por esta vía, los propietarios puedan recibir la ayuda necesaria para implementarla”, finaliza Jaime Rovira.