El arduo trabajo de apicultores por mantener sus abejas vivas ante la escasez de lluvias
10/01/2020De 30 kilos de miel por colmena en un año normal, hoy los apicultores cosechan entre 3 y 4 kilos. Para 2019 se esperaba un 60% de la producción habitual, pero finalmente alcanzó, a penas, cerca de un 20%. El Ministerio del Medio Ambiente, a través del proyecto GEF Montaña ha estado apoyando la implementación de buenas prácticas en la apicultura, para proteger nuestro patrimonio natural. Lamentablemente, la sequía complica estos esfuerzos. Ante esta situación, el GEF Montaña intenta apoyar la búsqueda de soluciones en conjunto para enfrentar de forma colaborativa la crisis ambiental.
En Santiago caen, según el promedio del último siglo, unos 300 milímetros de lluvia por año. Sin embargo, esta condición natural de poca agua, que para algunos expertos corresponde a un clima semiárido, se ha intensificado durante la última década, siendo crítica en 2019, año en que cayó solo un 20% de las lluvias esperadas. La situación ha afectado fuertemente a los ecosistemas base de la producción ganadera, agrícola y apícola, de la zona central de Chile. Los productores han visto disminuida su producción anual, teniendo que lidiar con animales muertos, cosechas destruidas y poblaciones de abejas en descenso.
“Normalmente, un apicultor de la Región Metropolitana cierra su proceso de cosecha entre el 24 y 31 de diciembre, sacando, por parte baja, 30 kilos de miel por colmena. Hoy, muchos apicultores no han cerrado la producción, porque sus cosechas han sido de, a penas, entre 3 y 4 kilos por colmena. Eso es extremadamente poco”, cuenta Huguette Bandet, dueña de la apícola HBEE y miembro de la cooperativa en formación ApiChile Orgánica, que llegaría a ser primera cooperativa exclusiva en productos apícolas orgánicos del país.
Población de abejas
Ya el año 2018 la cosecha registrada fue baja. “Para 2019 esperábamos un 60% de la producción normal, porque sabíamos que se venía un año seco. Sin embargo, fue mucho peor, y con los pronósticos para este 2020, sabemos que va a estar más bajo todavía. Una pena”, agrega Huguette Bandet.
La apicultora explica que la producción de miel requiere una cantidad importante de agua: “En la medida que la sequía se va instalando en la Región Metropolitana, encontramos árboles con un porcentaje de néctar bastante bajo, y casos que sencillamente no florecieron, como ocurrió con el espino”. Producto de esto, las abejas no tienen alimento y, por lo tanto, se reducen sus poblaciones. “Eso, sumado a que todos los años hay un porcentaje del 30% de mortandad de la especie, tenemos como resultado que, lejos de mantener el volumen de abejas, se está reduciendo muy rápido”, señala con preocupación Huguette Bandet.
En búsqueda de soluciones
Un grupo de 14 apicultores de la Región Metropolitana junto al GEF-Montaña, lleva dos años trabajando, con reuniones, asesorías y capacitaciones, para conformarse en una cooperativa. Motivados por el cuidado de las abejas, la protección del medioambiente, y el desarrollo de un modelo de producción sustentable. Están a un paso de formalizar la creación de ApiChile Orgánico, cooperativa, que les permitirá compartir buenas prácticas, apoyarse en el proceso de instalar un sistema de auto certificación,capacitarse y comercializar productos de calidad.
“El Ministerio del Medio Ambiente, a través del Proyecto GEF Montaña, se ha comprometido con apoyar la creación de esta cooperativa y realizar gestiones para conseguir que sus integrantes implementen buenas prácticas productivas. En este escenario de sequía nos enfrentamos a una situación desafiante para alcanzar esos objetivos. Seguiremos trabajando juntos para apoyar al grupo de apicultores en ver la posibilidad de relocalizar sus colmenas en predios del área del proyecto GEF Montaña. Estamos buscando lugares que permitan contar con agua, especies que aporten polen y néctar que mantengan las condiciones orgánicas de la producción de miel”, señala Jaime Rovira, supervisor técnico del Proyecto GEF Montaña y profesional de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del Ministerio del Medio Ambiente.
Esa búsqueda de nuevos lugares para el pecoreo de las abejas, se realizará a partir de consultas a productores de huertos frutales orgánicos, que ofrezcan posibilidades de instalar colmenas en sus terrenos. “No buscaremos reinstalar colmenas en las inmediaciones de Áreas Protegidas, pues allí las abejas compiten con polinizadores nativos, lo que podría provocar el desplazamiento de especies especializadas en la polinización de especies de flora nativa”, explica Jaime Rovira.
Los apicultores están esperanzados en que este 2020 sea un año positivo, en que el trabajo de la futura cooperativa ApiChile Orgánica, junto al apoyo de los Ministerios de Medio Ambiente, de Agricultura y de Economía, permita hacer frente a las adversidades climáticas. De esta manera, podrá continuar la producción de productos apícolas orgánicos de esta agrupación, productos que aseguran al consumidor un alimento saludable, libre de pesticidas. “En Chile, tenemos la oportunidad de introducir productos orgánicos, y de avanzar en la educación de nuestra sociedad sobre alimentos sanos y saludables de manera totalmente transparentada. Esperamos poder seguir este camino por muchos años más, por lo que agradecemos el apoyo del Ministerio en esta tarea”, finaliza Huguette Bandet.