“Chile necesita respetar su base de recursos naturales para hacer sostenibles los medios de vida”

25/11/2019

Así lo señala Robert Erath, Programa ONU Medio Ambiente.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente) apoya a los países miembros en todas las tareas relacionadas con la protección, el cuidado y la preservación del medio ambiente. En Chile, lleva adelante el proyecto GEF Montaña que atiende tres áreas focales: la conservación de la diversidad biológica, el manejo sostenible de ecosistemas de bosques y la lucha contra la degradación de tierras, cooperando con el Ministerio del Medio Ambiente y el Ministerio de Agricultura, en la tarea de incorporar buenas prácticas productivas y conservar los corredores biológicos de montaña. ¿Por qué el interés de este programa internacional por trabajar en nuestro país? Las respuestas las entregaRobert Erath, oficial de programa para proyectos GEF de biodiversidad y degradación de tierras, del Programa ONU Medio Ambiente.

¿Cuál es la particularidad de los ecosistemas de Chile que ha llevado al Programa ONU Medio Ambiente a trabajar en la conservación de ecosistemas y biodiversidad de montaña en este país?

Chile tiene mucha biodiversidad de relevancia global. El foco del proyecto está puesto en el Ecosistema Mediterráneo Chileno, de las Regiones Metropolitana y de Valparaíso, donde se desarrolla la vida de especies de flora y fauna. Si bien no es un ecosistema único en el mundo, pues se encuentra en Australia, California, el mediterráneo de Europa y Sudáfrica, en el mediterráneo de Chile habitan especies endémicas, por lo que si se pierden, desaparecen del planeta. Debemos evitar esa pérdida tan valiosa de biodiversidad. Además, se trata de un ecosistema único que se encuentra en la zona de mayor presión de desarrollo humano y actividades económicas del país, con usos de suelo que no son sostenibles y bajo protocolos de producción que no atienden la salud de los ecosistemas.

En cuanto a la experiencia de trabajo en Chile, ¿dónde ve usted que se concentran los mayores desafíos?

Estamos ante un ecosistema que se ve impactado con la actividad antrópica y socioeconómica, por lo que el mayor desafío es la planificación para el desarrollo a nivel del paisaje de manera conjunta y consensuada a través de varios actores. Si lo piensas bien, es una utopía planificar todas las actividades en base a la integridad de los ecosistemas y la conectividad de hábitats de especies endémicas, en los corredores de montaña que existen en los alrededores de la ciudad de Santiago, pero tenemos que buscar algo que sea plausible y factible.

El Ministerio de Medio Ambiente no puede hacer este trabajo solo, es una tarea inmensa, pues implica llevar al territorio el mandato de proteger los ecosistemas que dan sustento a la vida y a las actividades productivas, como los viñateros, agricultores, ganaderos, etc.

La planificación del paisaje debe estar en sintonía con el territorio local, razón por la que apoyamos el trabajo con los municipios de la zona, justamente, para que la planificación se pueda realizar a un nivel que tenga asidero efectivo en el territorio. Son los municipios junto a los servicios públicos los llamados a regular, otorgar permisos y fiscalizar el territorio, ellos son la primera línea de la planificación para lograr ecosistemas productivamente sanos.

Chile ha comprometido cumplir metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿cree que ellos pueden ayudarnos a mejorar los conflictos ambientales y sociales que vive Chile?

Justamente, los ODS apuntan hacia ese objetivo. Hasta ahora hemos hablado de la parte sectorial y productiva, pero ¿qué pasa con la parte social, la equidad, la inclusividad, la distribución de los bienes? Eso forma parte de lo que las Naciones Unidas y los estados miembros entienden como Desarrollo Sostenible, que no es solamente el resultado y rendimiento económico, si no que al mismo tiempo vela por el pilar social y el medio ambiente. Si no respetas la base de recursos naturales no puedes tener un desarrollo sostenible, debe existir un balance entre el desarrollo económico, social y el capital natural.

El Proyecto GEF Montaña atiende distintos ODS que son transversales, y ahora tenemos la oportunidad de comunicar mejor estas metas y llevarlas a diferentes actores para un objetivo común: el Desarrollo Sustentable que garantice la disponibilidad de recursos en el planeta.

El Proyecto GEF Montaña es una iniciativa de cooperación mutua entre el país y ONU Medio Ambiente, ¿en qué áreas ha concentrado su acción?

Si quisiéramos resumirlo, ha sido un trabajo transversal entre diferentes sectores para promover la idea de que los recursos naturales son la base de la sostenibilidad de las actividades productivas económicas. Necesitamos respetar la base de recursos naturales, que en algunos casos llega al límite. Está el ejemplo del agua, que en Chile tiene la particularidad de ser propiedad privada, algo que no he visto en otro país de la región, esta situación exige trabajar de una manera transversal, tener un sistema de monitoreo y evaluación, y planificar de forma conjunta con todos los actores.

¿Y cuáles han sido los principales avances que ha logrado el proyecto GEF Montaña?

El Proyecto se ha enfocado en generar capacidades para luego aplicar las herramientas que queremos promover, tal como el modelo de gobernanza territorial Paisajes de Conservación, que han sido bastante exitosos en algunos municipios y queremos multiplicar. Hemos podido trabajar con grupos productivos de diversos sectores de manera horizontal, y de forma vertical hemos trabajado el fortalecimiento del mandato de gobernanza a nivel ministerial, logrando facilitar a nivel de las comunas, los municipios y organizaciones sociales, información y habilidades que permitan la integración de la protección de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en el paisaje productivo. Este proyecto es un éxito en ese sentido y uno de los pioneros, ya que está demostrando que existen herramientas, instrumentos y metodologías que pueden usar los municipios para una efectiva planificación territorial. En Chile, hemos dado pasos muy firmes en ese sentido. Y ante el escenario de crisis social, este desafío representa también una oportunidad; una oportunidad de cambios profundos, para tocar sensibilidades y plantear discusiones que antes no existían.